Todos sabemos qué significó Auschwitz en la historia. Adlington ha incursionado en esta área con estos dos libros de formato escriturario distinto. Da la impresión de que a medida que fue investigando acerca de lo que se transformó en testimonio, primariamente dio origen a la novela que está centrada en lo que nos revela en aquel. La novela en cuanto relato adereza lo real histórico con elementos añadidos que dan el toque de la ficcionalidad.
(Crónica literaria de Eddie Morales Piña. Imagen referencial bajo licencia CC0 1.0 Universal (CC0 1.0)
Leer al unísono dos relatos de formatos escriturarios distintos es iluminador en tanto que uno y otro se van complementando en la incursión de la experiencia lectora en sus páginas. Los textos que se han entrelazado son una novela y un testimonio que tienen como autora a Lucy Adlington, una historiadora y novelista británica, especialista en la historia de la moda. Esto último que pudiera parecer un tanto frívolo, sin embargo, es de la máxima importancia en la historia de la cultura. Sabemos que el vestuario -que se convierte en moda, muchas veces- es un significante que da muestra de un significado en el tiempo. A través de las vestiduras se revela y se despliega el sentido y la cosmovisión de mundo en los diversos momentos del devenir de la humanidad. Las vestiduras en determinados momentos han marcado -no sólo de manera denotativa, sino connotativa los usos y costumbres. Los dos textos que se han entramado en el ejercicio de la lectura, precisamente, tienen como temática el vestuario en una época histórica del pasado reciente -aunque parezca ya un tanto remoto-. La novela y el testimonio se enmarcan en una prolífera producción escrituraria que tiene como foco uno de los campos de concentración -y exterminio- más “famosos” durante la Segunda Guerra Mundial: Auschwitz.
Los dos textos de Adlington tienen como asunto -es decir, aquello que vive en la tradición propia, ajeno a la obra literaria pero que va influir en el contenido de aquella, según la definición clásica de W. Kayser-, el espacio nombrado recién en una época determinada de la historia. Estamos en presencia del cronotopo bajtiniano. Tiempo y espacio se aúnan para dar cuenta de las experiencias de seres humanos en una época bárbara y despreciativa de la condición humana de una raza determinada o de una condición genérica. Todos sabemos qué significó Auschwitz en la historia. Adlington ha incursionado en esta área con estos dos libros de formato escriturario distinto. Da la impresión de que a medida que fue investigando acerca de lo que se transformó en testimonio, primariamente dio origen a la novela que está centrada en lo que nos revela en aquel. La novela en cuanto relato adereza lo real histórico con elementos añadidos que dan el toque de la ficcionalidad. Sin perder de vista la fuente o el asunto que provoca la escritura, la autora desenvuelve una historia que atrapa al lector. Quien escribe la crónica tuvo la suerte de leer -como lo dije antes- al unísono ambos textos, pero esto no implica que así debe ser para un potencial lector/a.
La trama de la novela gira en torno a un grupo de mujeres dentro del campo de concentración que van a ejercer el oficio que tenían fuera de él antes de que las detuvieran y las mandaran a aquel por ser judías. Dicho oficio era el de modistas y costureras. El testimonio dará cuenta que efectivamente fue así, aunque parezca casi inaudito y grotesco en el contexto en que estas mujeres -casi todas adolescentes o jóvenes- les cupo vivir en condiciones infrahumanas. La novela tiene un significativo título: La cinta roja. En el transcurso de la trama se descubrirá el sentido de esta cinta. La novela tiene como voz narrativa a una de las protagonistas de nombre Ella, quien, con Rose, Mina y Carla, llevarán el desarrollo de los acontecimientos, mientras se desempeñan en el taller de costura de Auschwitz confeccionando trajes de alta moda para las mujeres de los oficiales nazis, siguiendo los parámetros de las revistas que circulaban en Europa, a pesar de la guerra. En el testimonio sabremos que efectivamente aquel taller existió. Quienes estaban con Ella -la protagonista- se sentían protegidas en medio de las tijeras, las agujas, alfileres, bordados y telas tan emblemáticas como la seda. El taller de costura se había constituido como un espacio protector donde dependían de un vestido: la vida y la muerte se jugaban alrededor de una moda de ensueño cuyos patrones estaban en las revistas. La novela fue publicada en inglés el 2017 y luego se tradujo al español (2020, segunda edición el 2021).
Hemos denominado relato testimonial a Las costureras de Auschwitz de Lucy Adlington, por cuanto la historiadora no sólo ha realizado una exhaustiva investigación en fuentes y archivos documentales acerca de estas mujeres que salvaron sus vidas confeccionando vestiduras para las mujeres de los oficiales nazis, sino porque tuvo la oportunidad de entrevistar a la última superviviente que desempeñó esa labor en Auschwitz-Birkenau: Betka Berkovic, quien falleció en febrero de 2021. Esta obra está enmarcada no dentro de la imaginación de un texto literario. Acá la ficcionalización está ausente. De lo que se trata es de entregar una historia que está asentada en la realidad concreta en un tiempo y espacio -sigue siendo el cronotopo- determinado donde este grupo de mujeres -la mayoría judías- se salvaron de los crematorios por una providencial situación, esto es, la creación de un taller denominado Estudio Superior de Confección en aquel lugar temible. Esto se debió a la esposa del comandante del campo Rudolf Höss, Hedwig, quien hizo instalar el taller en un subterráneo donde las costureras escogidas diseñaban y realizaban las labores de creación de vestuarios. Esto les permitió como una única esperanza de “escapar” de un destino insoslayable: el gaseado y los crematorios. De la lectura de este texto se desprende que más allá del horror se estrechaban lazos de amistad en medio del dolor, el sufrimiento, la angustia y la muerte. De todo ello da cuenta Adlington en este macizo libro donde confluyen la prolijidad de la historiadora y la sensibilidad de una persona para enfrentar un tema de por sí desgarrador. La obra va desplegando y contextualizando los diversos momentos que vivieron las protagonistas reales en aquel lugar donde en su fragilidad supieron enfrentar el poder cruel y despótico del régimen nazi.
En el definitiva, dentro de una gama de textos sobre esta temática que transitan ya sea por lo novelesco, lo histórico o lo testimonial, las obras de Lucy Adlington entregan una visión inédita de aquellas mujeres que se salvaron gracias al poder de una aguja.
(Lucy Adlington: La cinta roja (The Red Ribbon). Editorial Planeta, 2020, segunda edición. 317 pág.// Las costureras de Auschwitz (The Dessmarkers of Auschwitz. The True Story of the Women Who Sewed to Survive). Editorial Planeta. 2022. 507 pág.).
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