Un fijador circular que se instala en la pierna del paciente permite trasladar hueso sano hacia la zona enferma, para que se vaya desarrollando un nuevo hueso. Gracias al monitoreo a través de un software, se efectúan los ajustes específicos que se deben realizar para el tratamiento.
(Información vía CP)
Hace más de dos años Alberto Cabezas, oriundo de La Calera, tuvo una caída de altura que lo ha hecho pasar por varias operaciones y hospitalizaciones. La última de estas intervenciones fue la instalación de un moderno dispositivo, que le permitirá recuperar un fragmento del hueso de su tibia, el cual debió ser retirado por el equipo clínico producto de una infección.
La operación fue realizada en el Hospital Dr. Gustavo Fricke del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota, por el equipo de traumatólogos especialistas en tobillo y pie, con el apoyo técnico de la Fundación Traesol. Se trata de la primera vez que se usa este dispositivo en el país y en Latinoamérica, el cual corresponde a un tutor circular externo híbrido orthex, el cual tuvo un costo de 8 millones de pesos.
Una vez que el paciente esté en su domicilio, se monitoreará el avance del crecimiento del hueso a través de un software, permitiendo ajustar el dispositivo para que ayude en el crecimiento de un nuevo fragmento de tibia en la zona afectada.
Transporte óseo: llevar hueso sano a la parte enferma
Los traumatismos de alta energía se abordan con diversos tratamientos, de acuerdo a la condición y evolución de cada paciente, sin embargo el escenario se vuelve más complejo cuando se presenta infección en la zona tratada.
La Dra. Rocío Hernández, jefa del equipo de pie y tobillo del Servicio de Traumatología del Hospital explica que don Alberto «cursó una fractura de pilón, que es una fractura de tobillo compleja el año 2018. Se operó para tratar de salvar la articulación, se le pusieron placas y cursó una infección. La complicación del hueso, de la osteomielitis, fue el año pasado, ahí se le sacaron todas las placas y se le dejó con un espaciador de cemento, mientras se podía efectuar la adquisición del fijador».
La especialista detalla que «hace varios años la tecnología ha ido hacia el transporte óseo, que significa resecar la parte mala del hueso y realizar un trasporte; llevar hueso sano hacia la parte donde sacamos el tobillo enfermo y se va haciendo un alargamiento óseo, eso nos permite salvar la extremidad y que el paciente pueda seguir trabajando después, si bien, no al cien por ciento, obviamente mucho mejor que si es amputada la extremidad».
Alberto Cabezas, de 52 años recuerda que al presentarse la lesión «primero me llevaron al hospital de La Calera y después me trajeron para acá. A los 20 días me operaron y me pusieron placas. La doctora me explicó que había sido una operación compleja por como estaba el tobillo. El 2018 tuve dos infecciones, una superficial que lograron controlar y el 2019 empecé a trabajar y a cargar el pie, y ese movimiento provocó una infección que llegó al hueso, ahí estuve casi dos meses hospitalizado con antibióticos, me sacaron las placas y después la doctora me dijo que existía este sistema».
El paciente explica que luego de la operación para instalar el fijador se aprovecha «la soldadura del hueso, para estirarlo hasta recuperar los 7 centímetros que necesita para recuperar el largo del hueso y que queden los dos pies iguales».
Tecnología avanzada
El fijador circular que se instala en la pierna del paciente permite trasladar hueso sano hacia la zona enferma, para que se vaya desarrollando un nuevo hueso. Gracias al monitoreo a través de un software, se efectúan los ajustes específicos que se deben realizar para el tratamiento, por ello la especialista puntualiza que «estamos hablando de una tecnología avanzada. Hemos hecho tres intervenciones de este tipo y esta es la cuarta que hacemos con la diferencia que este es el primer tutor externo híbrido utilizado en Latinoamérica. En general, lo importante es que le estas salvando la pierna a un paciente que es activo laboralmente y antes terminaba amputado».
El tratamiento con este dispositivo puede durar desde un par de meses hasta dos años. La doctora Hernández detalla que los beneficios radican en que es «resistente a las infecciones y esa es una certeza. Si tienes este tutor un tiempo prolongado va a andar bien; no se va a aflojar ni tendrá que haber nuevas intervenciones». Después de la hospitalización y monitoreo del post operatorio por algunos días, el paciente se puede ir a su domicilio donde tiene que hacer reposo, mientras «se forma el hueso nuevo, pero después este mismo fijador te permite incluso pisar a medida que va avanzando el tratamiento» puntualizó la traumatóloga.
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