No hay duda que para el tercer milenio la economía circular será parte de nuestra natural forma de vida, no para salvar al mundo de nuestro propio descriterio o insensatez, sino para conservar lo que hayamos logrado proteger.
Juan Fernando Acuña, director regional de Corfo Valparaíso
Si el mundo ha avanzado vertiginosamente en los últimos cien años, muchísimo más que en los siglos anteriores, evidentemente ha sido por el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Con el mismo fundamento, podemos pensar, con más ciencia que ficción de nuestro lado, que los avances en los próximos 80 años superarán a las mentes más creativas de principios de nuestra era, y con Corfo ocupando un espacio insospechado en el fomento del futuro.
Imagino a nuestro país como líder mundial en electromovilidad, con grandes multinacionales con sede en la región de Valparaíso, desarrollando para el mundo y para aquella parte de nuestra humanidad que para entonces estará en plena exploración del universo, con colonias en Marte, la tecnología que nos promete el uso de nuestro litio, como microbaterias de altísimo rendimiento, así como aplicaciones de diversa índole que contribuyan a la conquista del espacio.
Será una nueva época, con nuevos desafíos y soluciones, que también tendrá correlato en áreas que hoy son indispensables para nuestra economía y proyección internacional, como el turismo, que absorberá eficientemente a los trabajos y talentos que vaya liberando la Industrialización 10.0 que seguramente tendremos en ocho décadas.
Corfo, posiblemente, haya cambiado su nombre para entonces. ¿Impensable? Más bien tan probable como el hecho irrefutable de que el tiempo no se detiene y las nuevas necesidades de apoyo y fomento ameriten un reperfilamiento de nuestra institución, aunque en su esencia siga siendo la misma, inmutable como la curiosidad y propio espíritu de humano.
No hay duda que para el tercer milenio la economía circular será parte de nuestra natural forma de vida, no para salvar al mundo de nuestro propio descriterio o insensatez, sino para conservar lo que hayamos logrado proteger. Corfo tendrá, sin duda, que apoyar los proyectos e iniciativas que surjan con vocación de ser grandes proyectos en ese ámbito, colocando y posicionando a nuestro país en el concierto mundial de ecosoluciones, siendo líder en el mundo en economía circular y con residuos llegando a cero.
El mar, nuestro mar, ya no será aquello que hoy tememos que se convierta por la amenaza del plástico y otros contaminantes a los que habremos vencido con ingenio y perseverancia. Será un espacio más de desarrollo y vida humana, en coexistencia y respeto hacia las especies que antes que nosotros colonizaron esas fronteras, y fuente de vida y riqueza en la tierra, gracias al uso que daremos a sus aguas para nuestro consumo y una nueva agricultura.
Como muchos emprendedores saben y sostienen, los soñadores prácticos son los que mueven al mundo hacia el futuro, porque llevan su imaginación y deseo a la vida real. Chile es cuna de sueños y soñadores, y Corfo seguirá siendo el apoyo de aquellos para el despertar del año 3000.
Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quien las emite. Y no necesariamente, va de la mano con la línea editorial de Espacio Regional.
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