Las matanzas son fundacionales. La expresión puede parecer inusitada. La pregunta es cómo una masacre se constituye en un fundamento, en una fundación, en un pilar. La respuesta está dada en que en las matanzas de obreros hay un sustrato fundacional -como lo argumenta Vidal Barría- que con el tiempo se desplegará en la narrativa, específicamente en la novela, como un motivo o referente ineludible donde lo literario entabla el diálogo con la historia y con el discurso histórico.
Crónica e imagen, por Eddie Morales Piña, crítico literario.
“Ustedes que ya escucharon/ la historia que se contó/ no sigan allí sentados/ pensando que ya pasó. / No basta sólo el recuerdo, / el canto no bastará. / No basta sólo el lamento, / miremos la realidad”. Los versos con que abrimos la crónica corresponden a la canción final de la Cantata de Santa María de Iquique del compositor Luis Advis que tematiza musicalmente una de las huelgas con posterior masacre de obreros en el norte de Chile a principios del siglo XX (1907) y que hicieran famosa el conjunto Quilapayún. Este episodio forma parte del corpus investigativo del libro de Cristian Vidal Barría (Osorno, 1988) titulado Matanzas fundacionales. Huelgas y masacres de obreros en la Novela Histórica Hispanoamericana (2022). Se trata de un profundo y exhaustivo estudio acerca del modo cómo dichos eventos trágicos han sido recuperados y modelizados en la literatura en el transcurrir del tiempo. Por tanto, el lector/a se enfrentará a un texto que transita escriturariamente por los senderos del ensayo académico donde el autor plantea una tesis de trabajo y luego desarrolla una investigación sobre la base de una selección de obras narrativas -novelas- del ámbito hispanoamericano que han puesto en acto ficcional el hecho histórico que les ha servido de referente, en este caso, diversos sucesos de movimientos obreros en busca de mejores condiciones, especialmente salariales, y que acabaron en tragedia. La frase titular de la obra del académico Vidal Barría -matanzas fundacionales- es donde queda planteada la tesis, es decir, la proposición que se mantiene y que deberá ser probada mediante la argumentación desde la perspectiva de la teoría literaria y de los estudios culturales. Lo anterior podría alejar al potencial lector/a, sin embargo, la escritura del autor es muy transparente -didáctica- al momento de ir desplegando el estudio. El subtítulo de la obra circunscribe el área en que se indagará para probar el planteamiento que se ha propuesto. En este sentido, ubica los textos en la categoría de las novelas históricas, aunque también reflexiona en el desarrollo de la visión alternativa que ha tenido una evolución significativa como nueva novela histórica en las últimas décadas en Hispanoamérica.
La tematización de la violencia armada en contra de personas indefensas -la masacre histórica- pareciera ser un sino trágico en el devenir de los países del continente. Movimientos de obreros en huelga que han devenido en el asesinato masivo de individuos por parte del Estado a instancia de distintos tipos de oligarquías que han recurrido a la fuerza de las armas para acallar las demandas de los obreros, tal como ocurrió en la Escuela Santa María de Iquique el 21 de diciembre de 1907 donde la matanza se llevó a cabo bajo las órdenes del general Roberto Silva Renard. “La representación literaria de dichas matanzas en la narrativa hispanoamericana es el tema principal de este libro”, sostiene el autor en las páginas introductorias. Las matanzas son fundacionales. La expresión puede parecer inusitada. La pregunta es cómo una masacre se constituye en un fundamento, en una fundación, en un pilar. La respuesta está dada en que en las matanzas de obreros hay un sustrato fundacional -como lo argumenta Vidal Barría- que con el tiempo se desplegará en la narrativa, específicamente en la novela, como un motivo o referente ineludible donde lo literario entabla el diálogo con la historia y con el discurso histórico. El asunto literario de las obras analizadas son las matanzas históricas en la primera mitad del siglo XX. Según la clásica definición de W. Kayser, asunto es lo que vive en la tradición propia, ajeno a la obra literaria, pero que va a influir en el contenido de esta. En otras palabras, se parte de un hecho histórico que es recreado mediante la retórica de la literatura. No estamos frente a textos históricos, sino a artefactos creativos donde prevalece una actitud estética, por ejemplo, el realismo socialista para algunos de los casos, como la denominada Generación de 1938 donde se inserta la obra de Volodia Teitelboim –Hijo del Salitre– que forma parte del corpus investigativo. Podríamos decir que en todas las novelas analizadas la tematización del evento histórico contiene el elemento añadido, según la fórmula escrituraria de Vargas Llosa, cuestión que el autor del libro demuestra a cabalidad. Además, en las novelas confluyen aspectos globalizantes de la realidad histórica.
La investigación de Vidal Barría, por tanto, está centrada en lo literario y en las distintas modulaciones que las matanzas del referente histórico se encuentran contenidas en las novelas seleccionadas. Las matanzas fundacionales son la matanza de la escuela de Santa María de Iquique en Chile en 1907, la matanza de obreros metalúrgicos en Argentina en 1919, la matanza de obreros de Ecuador en 1922, la matanza de las bananeras en Colombia en 1928 -recogida tangencialmente por García Márquez en Cien años de soledad, dentro de la poética del realismo mágico- y la matanza de Catavi en Bolivia en 1942. Las novelas que revelan el respectivo referente histórico de acuerdo a las distintas perspectivas con que los autores se plantearon narrativamente los casos de huelgas y de masacres de obreros, son Las cruces sobre el agua (1946) del ecuatoriano Joaquín Gallegos Lara; Hijo del Salitre (1956) del chileno Volodia Teitelboim; En la Semana Trágica (1966) y El profundo Sur (1999) de los argentinos David Viñas y Andrés Rivera, respectivamente; y Santa María de las flores negras (2002) y Santa María de Iquique. La muerte de la República (2017) de los chilenos Hernán Rivera Letelier y Carlos Tromben, respectivamente. Los respectivos abordajes a cada una de las novelas mencionadas conforman los siete capítulos de la obra. Cada uno de ellos contienen diversos segmentos analíticos donde el autor va sacando a la luz mediante los procedimientos propios de la exégesis y la hermenéutica literarias el modo cómo los distintos autores han dialogado con la historia y el discurso histórico cuestionándolos para develar el carácter fundacional que tienen y deconstruir los discursos hegemónicos. En la parte final del texto, Vidal Barría sintetiza lo anteriormente expuesto. Entre otras afirmaciones sostiene que las precarias condiciones de los obreros bajo un sistema capitalista al advenir la industrialización dieron “paso a las movilizaciones obreras que encontraron en la huelga una forma de aunar sus fuerzas y exigir mejoras laborales. El desenlace de estas movilizaciones obreras fue trágico y funesto: la masacre. No obstante, dicha tragedia demostró ser un germen fundacional que permitió la organización y consolidación de movimientos sociales, políticos y culturales: es decir, las matanzas perpetradas fueron fundacionales desde el punto de vista histórico y para la creación de una conciencia social”. En consecuencia, las novelas que han tematizado dichos eventos históricos son, a su vez, fundacionales, en el sentido de que han marcado una impronta con sus particulares textualidades en los imaginarios colectivos.
En síntesis, el estudio es una excelente vía para adentrarse en una temática insoslayable que se nos revela mediante la escritura literaria como lo hicieron los autores analizados con profundidad y solvencia por el académico Cristian Vidal Barría.
(Cristian Vidal Barría. Matanzas fundacionales. Huelgas y masacres de obreros en la novela histórica Hispanoamericana. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 2022. 221 págs.).
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