El modo de aproximación al texto literario llevado a cabo por Manuel Jofré transitó por diversas formas de exégesis y hermenéutica donde confluían desde la semiótica hasta el análisis del discurso, pasando por aquellos accesos de tipo artístico y estético. En su léxico hay variedad de conceptualizaciones que enriquecen sus análisis e interpretaciones de las producciones del arte literario.
(Crónica literaria de Eddie Morales Piña)
Una reciente invitación del Instituto Literario y Cultural Hispánico –con sede en California y Buenos Aires- para participar en un volumen colectivo en homenaje a la memoria del académico chileno Manuel Jofré, fallecido en septiembre de 2019, nos convoca a referirnos en esta crónica literaria a su última producción académica publicada entre 2016 y 2018; en consecuencia, dejemos fuera sus escritos ficcionales, como su novela “Voy a ti” que comentáramos hace algún tiempo en “Espacio Regional”.
No cabe la menor duda que Manuel Jofré –que en algún momento fue Manuel Alcides- ha sido un connotado intelectual, académico y escritor nacido en Santiago en 1947. Su producción abarca una multiplicidad de artículos en revistas nacionales como extranjeras, así como imprescindibles libros de teoría literaria y de diversas temáticas sobre la cultura. Además, dejó textos ensayísticos, poéticos y narrativos que lo muestran como un versátil y prolífico escritor. Fue un académico que enseñó el abordaje de los textos literarios en diversas universidades -no sólo chilenas-, donde demostró su rigurosidad como docente.
El modo de aproximación al texto literario llevado a cabo por Manuel Jofré transitó por diversas formas de exégesis y hermenéutica donde confluían desde la semiótica hasta el análisis del discurso, pasando por aquellos accesos de tipo artístico y estético. En su léxico hay variedad de conceptualizaciones que enriquecen sus análisis e interpretaciones de las producciones del arte literario. En este sentido, ha sido un eximio intérprete de nuestras literaturas. En sus últimos libros confluyen lexicalizaciones provenientes de la semiótica como monologismo, dialogismo, polifonía, canon, etc.; de la lingüística como heteroglosia, monoglosia, enunciando, etc.; del ámbito de la teoría literaria como géneros altos, géneros bajos, diálogo socrático, sátira menipea, cronotopo, arte poética, generación, etc.; otras conceptualizaciones provienen de la historia del arte como estilo, grotesco, clásico, gótico, renacentista, barroco, etc.; así como otros conceptos provenientes de la teoría política y de la filosofía. Todo lo anterior da cuenta de su relevante formación. Por otra parte, fue un profundo conocedor de la producción del intelectual ruso Mijail Bajtín a quien le dedicó más de un estudio y una ficción. Creemos que –en definitiva- era un bajtiniano.
Las últimas obras académicas de Manuel Jofré publicadas de alguna manera recogen, en síntesis, lo que acabamos de describir someramente. Se trata de “Cuatrocientos años de Don Quijote: nuevas lecturas de la novela más leída de todos los tiempos” (2016), “Iberoamericana” (2018) y “Canon y contra-canon: cursos y discursos de la literatura chilena” (2018).
El texto referido a la obra de Miguel de Cervantes abarca el Quijote de 1605 y 1615 y es una interesante aproximación a la obra cervantina desde diferentes perspectivas donde la huella de Mijail Bajtin no deja de hacerse notar en su escritura analítica. En este sentido la conceptualización del cronotopo como soporte de la arquitectura de la novela quijotesca se hace presente, así como el análisis de la figura del narrador, el sentido de las acciones y de las historias y de los personajes y actantes en el devenir de los acontecimientos de la primera y segunda parte. El estudio de Jofré se abre con diversas hipótesis e interrogantes que serán resueltas en el decurso de la exégesis y hermenéutica del texto cervantino. Para el estudioso, el Quijote se ubica en la línea dialógica como heredero de la sátira menipea y está en el origen de la modernidad discursiva, como también asoman varias formas de lo postmoderno a partir de la segunda parte de las aventuras de don Quijote y Sancho.
“Iberoamericana” es un libro que contiene diversos ensayos que dan cuenta de la aproximación a textos iberoamericanos desde la literatura medieval española, pasando por la producción literaria latinoamericana y desembocando en la literatura argentina. La obra fue publicada allende Los Andes y forma parte de la Colección Estudios Hispánicos del Instituto Literario y Cultural Hispánico (ILCH) y cuenta con unas palabras preliminares de Bertha Bilbao, vicepresidenta de esta institución. La propuesta de lectura de Manuel Jofré es “el diálogo con esas otras voces humanas previas”, es decir, los productores de los textos de las diversas épocas y tiempos. Hay, por tanto, una perspectiva dialogante mediante las palabras. En consecuencia, lo que se desentraña es el valor de la palabra poética mediante la visibilización de versiones y sub-versiones escriturarias. Escribe Jofré en el prólogo que “nuestra literatura es parte y espejo de nosotros, que puede ser analizada con provecho social, que la literatura es parte fundamental de la cultura y que está constituida por una multiplicidad de géneros y formatos que interactúan entre sí”.
Finalmente, “Canon y contra-canon: cursos y discursos de la literatura chilena”, es una obra que puede catalogarse como una historia de la literatura en nuestro país dentro del espacio del siglo XX y primeras décadas del XXI, que pone su énfasis precisamente en las dos primeras palabras del título de este libro de más de cuatrocientas páginas donde queda demostrado el conocimiento profundo de Manuel Jofré sobre la producción literaria nacional en sus diversos modos o formatos escriturarios. El libro se despliega por la poesía lírica, la narrativa, el drama (el único convocado es Ariel Dorfman), la crítica y el ensayo para concluir con la escritura del testimonio. Una multiplicidad de autores que están en el canon y otros en el contra-canon se hacen presentes en los análisis e interpretaciones realizados por Jofré donde se ponen en evidencia los diversos léxicos a que hicimos referencia. Del mismo modo, el autor revisita a autores canónicos desde otras perspectivas de lectura o desde una nueva mirada. La propuesta de lectura de Jofré es subversiva por cuanto presenta autores y autoras que escriben en contra del canon imperante. El lenguaje del autor es contestatario, lo que se evidencia en lo testimonial.
Finalmente, la lectura de estos tres sobresalientes textos académicos de Manuel Jofré nos dejan la afirmación de que son un verdadero legado y testimonio de una vida entregada al estudio de la literatura, y que serán fuente de consulta para quienes quieran acceder al conocimiento de las escrituras convocadas por el exégeta y hermeneuta que fue nuestro desaparecido intelectual.
(“Cuatrocientos años de Don Quijote: nuevas lecturas de la novela más leída de todos los tiempos”. Santiago: Piso Diez ediciones, 2016, 194 pp.; “Iberoamericana”. Argentina: Enigma Editores, 2018, 278 pp. ; “Canon y contra-canon: cursos y discursos de la literatura chilena”. Santiago: Piso Diez ediciones, 2018, 424 pp.).
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