El relato se ambienta en el momento de la Guerra Civil Española y quien es el protagonista de la acción narrativa resulta ser un marino de nombre Miguel Jordan Kyriasis, quien está a cargo de un navío de guerra proveniente de la Alemania nazi para desestabilizar la ayuda a los republicanos que envían por vía marítima desde la Unión Soviética. En otras palabras, Jordan Kyriasis y sus tripulantes son una especie de saboteadores -o corsarios modernos- destinados a hundir navíos, refugiándose en un isla griega donde está la mujer dormida, que más allá de las cien páginas entrará en contacto con el kapetanios Mihalis, el protagonista principal de la novela.
Texto e imagen por Eddie Morales Piña. Crítico literario.
No cabe la menor duda de que el escritor español Arturo Pérez-Reverte es uno de los autores contemporáneos de la narrativa hispánica que concita mucho interés en sus lectores, por cuanto ha incursionado en diversas formas escriturarias, especialmente en la novela. El autor nació en Cartagena, España, en 1951 y entre otras distinciones es miembro de la Real Academia Española. Como narrador Pérez-Reverte logra capturar al lector con sus relatos que ha ido ambientando -tematizando, mejor dicho- en diversos espacio-tiempos; el famoso cronotopo bajtiniano, lo que ha hecho de que se haya ido apropiando de un determinado segmento de lectores/as que lo siguen cual una estrella cinematográfica. Hasta quien escribe estas líneas lo ha hecho. Su prosa es subyugante y es difícil no caer en sus redes escriturarias.
Como lector suyo me atrapó primariamente con la denominada serie de Alatriste; relatos ambientados en la época del Siglo de Oro hispánico donde logra recrear con solvencias narrativas la época, los espacios y personajes en un determinado momento aurisecular mediante un protagonista de capa y espada difícil de olvidar. La serie del capitán Alatriste puede ser fácilmente encapsulada en los formatos de la novela histórica. Al parecer, el autor es proclive a esta manera de programar narrativamente un relato. Basta revisar su bibliografía creativa para darse cuenta de ello. Hace algunos años leí Cabo Trafalgar y hace poco, Sidi. En ambas novelas la ficcionalización está sustentada sobre la base de sucesos históricos de la Hispania separados por siglos. En el referido relato que trata de Trafalgar los tópicos náuticos están omnipresentes, al igual que en su última novela hacia donde vamos. Me llamó la atención su título. Este siempre ha sido un paratexto ineludible; en otras palabras, debe ser un elemento que llama la atención del lector/a, abriendo sus expectativas lectoras. En este sentido, el texto reciente de Pérez-Reverte, convoca a su lectura, pero la experiencia de esta no logró cuajar.
Aunque parezca demasiado drástico, las cien primeras páginas de la novela no logran cautivar al lector -en este caso, quien escribe, pues puede que en el proceso de lectura de otro lector/a, haya ocurrido lo contrario. Este punto, es simplemente una apreciación subjetiva-. En estas abundantes primeras páginas hay una morosidad escrituraria que van retardando la acción de la historia. En este principio los núcleos náuticos se hacen presentes y el lector debe desentrañar el significado por el contexto, o definitivamente ir al diccionario. Pérez-Reverte maneja estas conceptualizaciones, pues tiene una formación marina y es miembro de una asociación de escritores relacionados con el océano.
La isla de la mujer dormida es una novela que está fundamentada sobre una instancia histórica del siglo XX, por tanto, vuelve a encauzar el texto dentro de los fundamentos de la novela histórica. El relato se ambienta en el momento de la Guerra Civil Española y quien es el protagonista de la acción narrativa resulta ser un marino de nombre Miguel Jordan Kyriasis, quien está a cargo de un navío de guerra proveniente de la Alemania nazi para desestabilizar la ayuda a los republicanos que envían por vía marítima desde la Unión Soviética. En otras palabras, Jordan Kyriasis y sus tripulantes son una especie de saboteadores -o corsarios modernos- destinados a hundir navíos, refugiándose en un isla griega donde está la mujer dormida, que más allá de las cien páginas entrará en contacto con el kapetanios Mihalis, el protagonista principal de la novela. Como buen estructurador de historias narrativas, el autor en la urdimbre del relato mezclará las situaciones de guerra, las aventuras y desventuras de sus personajes, y agregándole algo indispensable: el motivo del amor a la trama. El kapetanios Mihalis es un adiestrado marino mercante, pero que se convierte en el jefe de la torpedera, siendo un hijo de español y griega, y que habla dicho idioma, lo que le servirá ipso facto en el entramado narrativo cuando aparezca la mujer griega, la baronesa Katelios. El triángulo amoroso se armará fácilmente. El personaje del barón Pantelis Katelios está muy bien logrado, y su mujer no le va en zaga. Este elemento narrativo del triángulo siempre llamará la atención de un lector/a, ya que forma parte de la materia narrativa de la literatura universal. Sin embargo, muchas veces las situaciones narrativas se expanden innecesariamente, los diálogos de los personajes resultan ser insustanciales entre actantes poco verosímiles y el relato tiene cierto grado de monotonía discursiva. Tal vez algún lector se sienta atrapado en las redes del texto. Me sucedió lo contrario, por eso que estimo que es una novela menor en la prolífica producción literaria de Pérez-Reverte.
(Arturo Pérez-Reverte. La isla de la mujer dormida. Alfaguara. 2024. 409 pág.).
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