Rodrigo Martínez (RN), está en una encrucijada: al despelote por la partida forzosa de su asesor directo, ahora le asusta la Democracia, al negarse a consultar a la comuna que dirige sobre lo que Chile está reclamando. Por lo menos, la gente se ha reunido en cabildos y marchas, como nunca antes.
Crónica de Espacio Regional
La Asociación Chilena de Municipalidades (AChM) logró un paso fundamental en proponer una solución a la crisis política de Chile: Más de la mitad de los municipios asociados hará una consulta ciudadana, como Plebiscito, para preguntarle a la ciudadanía sobre lo que es un clamor popular: cómo nos hacemos de una Nueva Constitución. El pasado jueves 7 de noviembre, el Directorio de la AChM fue mandatado para ello.
Entre los temas que se consultará están los siguientes:
- Necesidad o no de una nueva Constitución para Chile.
- Priorizar las demandas sociales más sentidas por la ciudadanía (pensiones, salud, equidad, sueldos, servicios básicos, transporte, seguridad, medioambiente, pueblos originarios, agua, corrupción y abusos, entre otros)
- Cada región podrá incorporar temas de interés propio.
No será vinculante, pero se espera reflejar el pulso ciudadano. Hasta ahí estamos bien. Hasta que en una crónica de El Mercurio de Valparaíso hicieron las consultas a algunos municipios que no se oponen para nada, como Limache (Daniel Morales es RN y es el presidente regional de la AChM). Pero otras administraciones estarían con desarreglo intestinal por hacer esta consulta ciudadana. Entre ellos, Zapallar (Gustavo Alessandri independiente pro UDI) y Casablanca (Rodrigo Martínez, RN).
Un argumento esgrimido por el alcalde casablanquino reza lo siguiente: «Es absolutamente fuera de lugar. Una consulta hay que hacerla cuando el país esté tranquilo y la gente pueda asistir a participar sin ningún peligro. Además que la asistencia no va a reflejar lo que se está buscando justamente por la inseguridad que existe. Sería echarle más leña al fuego» .
Distinto de los demás alcaldes de su sector político, que sí van a consultar a sus concejos municipales y que ven una tremenda oportunidad de colaborar como los representantes más directos de la ciudadanía, sobre los temas que nos están afectando como sociedad.
¿Qué es lo que sucede, entonces, en Casablanca? Rodrigo Martínez (RN), está en una encrucijada: al despelote por la partida forzosa de su asesor directo, ahora le asusta la Democracia, al negarse a consultar a la comuna que dirige sobre lo que Chile está reclamando. Por lo menos, la gente se ha reunido en cabildos y marchas, como nunca antes. Según cifras entregadas por los organizadores de los cabildos, estos partieron el 28 de octubre e incluyeron a diversas entidades, como el Colegio de Profesores, Juntas de Vecinos, colectivos culturales, clubes deportivos, entre otros, en reuniones y conversatorios abiertos a la comunidad. Y en las marchas (que no se veían desde la lucha por el Hospital nuevo), partieron con 800 asistentes hasta lograr más de 2 mil.
Pero también Martínez está preocupado. Sabe que la fecha de la consulta es el 7 de diciembre, cuando se cierra forzosamente la Ruta 68, ahí, para una actividad religiosa como la Inmaculada Concepción, en el Santuario Lo Vásquez. Hay comercio e ingresos que el municipio percibe. Pero, dejan la basura y la ciudad queda sola, aislada, y no todos van. Y sabe que la sola idea de derogar el Código de Aguas (una de las materias que nos tiene con saqueo y sequía en la zona central) afectará sus intereses, por los Derechos de Agua. Y su producción de vinos. Y claro, son cambios constitucionales, que a él le parece una cosa, casi de otro planeta… y que, supuestamente, la gente no se lo ha preguntado.
Y hace una semana, merced a complicidad de los pocos medios de comunicación que quedan, sembró el terror junto a los «chalecos amarillos», la asociación de viñateros y otras instituciones, ante la marcha que partió desde el puerto hasta La Moneda, en un afán de vandalizar y criminalizar a las personas que tuvieron que irse por La Dormida, a fin de cuentas: creía el alcalde que eran «saqueadores».
No entiende, como el Presidente, que son cambios profundos y no se puede perder más tiempo, no se puede seguir esperando más represión por parte de las fuerzas policiales, donde en espacios de absoluta convivencia pacífica, se han disparado gases lacrimógenos hasta en hospitales y condominios, sin considerar los heridos por balines y perdigones tirados a mansalva, como parte de una sistemática actitud que viola los Derechos Humanos de chilenas y chilenos, por parte de agentes estatales. Los heridos que han perdido un ojo o los dos, es un triste nuevo récord mundial, como lo plantea esta crónica de BBC Mundo.
Demorar esta tremenda iniciativa, que se suma a las organizaciones sociales, al Consejo de Rectores, para solucionar esta crisis, no hace más que jugar al ritmo del Gobierno. Y eso, es grave. Porque Chile, y Casablanca, quieren una #AsambleaConstituyente y una #NuevaConstitución ya!
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