Crónica de Espacio Regional Cerca de 25 viñas fuera del circuito oficial, apostaron por recuperar el sabor original de una buena copa de vino sin el ataque del alcohol (al que nos tienen acostumbrados los viñedos a granel) y poder saborear sus dulzores y aromas, en la 3a. Feria del Vino de Autor y Pequeñas Producciones Viña del Mar 2018.
El pasado fin de semana, en el Salón Pacífico del Casino Enjoy de Viña del Mar, se dieron cita cerca de 25 productores de vino independientes, en la 3a. Feria del Vino de Autor y Pequeñas Producciones, también denominado Festival del Descorche.
El equipo de Espacio Regional llegó puntual. Claro que hubo un retraso por el tema de congestión vehicular. Pero sólo fue media hora. Y entramos. Los primeros asistentes empezaron a disfrutar de las degustaciones, luego de depositar el número de la pulsera para un sorteo que se realizó durante la actividad.
Marcas que no conocemos o sólo haber oído nombrar entre amigos, se dieron cita ante el lente de la cámara. Y nuestro paladar. Esa es la gracia. Estos vinos no se encuentran en un supermercado habitual o de manera masiva. Así, en esta Feria se pudo apreciar el valor y la dedicación que estos productores han puesto, pero en menor escala, más conectados con la naturaleza, con lo orgánico, sin aditivos químicos. Y se pueden encontrar en La Boutique del Vino de Quilpué, por ejemplo, aparte de ser uno de los organizadores del evento.
Fue así como en la inauguración del viernes, pudimos apreciar un factor en común: los productores apostaron por recuperar el sabor original de una buena copa de vino sin el ataque del alcohol (al que nos tienen acostumbrados los viñedos a granel) y poder saborear sus dulzores y aromas. La creatividad en los ensamblajes y los nombres de los vinos, hicieron una entretenida velada en la degustación.
Viñas orgánicas, de altura, de los valles centrales o del sur. Espumantes. Todos sacaron a relucir lo mejor de sus producciones, junto a la degustación de ceviches y otros productos de gourmet de Empanadas Quilpué, La Quesería y panadería La Chacra, dieron las notas para amenizar a los más de 300 asistentes. Hubo sorteos patrocinados por Hotel Ibis y la casa cervecera Altamira, de Valparaíso.
Cada productor o anfitrión en los stands se dio el tiempo para cada asistente y explicar tanto el origen del nombre del vino como su proceso productivo. Hay historias familiares, otras de grupos de amigos. Pero siempre en pos del producto final. Sin duda, una instancia perfecta en esta recta final del verano, aportando con denominación de origen local, de toda la zona central, donde el gusto por el vino es lo primero. Y los precios, acorde a su bouquet y venta (al menos entre los consultados, desde los 6 mil pesos), lo que permite disfrutar en ocasiones especiales o hacer un práctico regalo.
No alcanzamos a probar la totalidad de las producciones, pero todas merecen un espacio en el paladar, para ir creando una Cultura del Vino, más allá del eslogan de ser una tierra de valles fértiles y la producción anual de miles de litros. Les dejamos algunas imágenes de nuestro equipo:
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