En ese sentido, la preparación militar y el nombre de «Operación Jungla» (similar a la situación colombiana, donde allá sí hay terrorismo y el gobierno electo seguirá la misma senda de militarización que desconoce los avances con la guerrilla), en la región de la Araucanía, es una bofetada y de una vergüenza mundial.
Una vez más, el Gobierno de Turno (nuevamente coincide con Sebastián Piñera) protege la riqueza en desmedro de resolver por la vía política la usurpación de tierras y dejar de usar el concepto de terrorismo y aplicar una ley en el supuesto combate del que tanto se ha profitado.
Las tanquetas y personal de élite exhibidas esta semana, como si fuéramos a enfrentar a invasores en la frontera con Argentina, Perú o Bolivia, es una imagen y señal de fuerza inexorable. El Gobierno de Sebastián Piñera quiere congraciarse, una vez más, con el sector agroindustrial, para defender el rubro forestal y sus inversiones, achacándole al pueblo mapuche como el causante de sus males y pérdidas, de la inseguridad y que son flojos y toda la carga negativa que implica una etnia originaria, que no se condice con el rubio o piel blanca mediterráneo que debería ser nuestro país.
En ese sentido, la preparación militar y el nombre de «Operación Jungla» (similar a la situación colombiana, donde allá sí hay terrorismo y el gobierno electo seguirá la misma senda de militarización que desconoce los avances con la guerrilla), en la región de la Araucanía, es una bofetada y de una vergüenza mundial.
Estas imágenes alimentan las pasiones nacionalistas trasnochadas y que sólo les interesa una vaga imagen país (el insalubre término Chile para los Chilenos que venden personajes como J. A. Kast), no resuelven el tema de fondo: respeto y solución política, no más armamento ni más montajes mediáticos sobre incidentes a todas luces efectistas y que protegen, hay que decirlo otra vez, el bolsillo del empresario.
¿Por qué no tenemos esa predisposición para atacar la droga en las poblaciones? ¿Por qué no encontramos a los culpables del desfalco millonario en Carabineros? ¿Por qué no reorientamos esos recursos y dotación al resto del país? Porque hay que ser muy irresponsable vender una imagen de probidad y de combatir a la delincuencia si se acusa y exige a los parlamentarios que «se pongan a trabajar» en la elaboración de leyes, cuando gran parte de la iniciativa legislativa parte desde el Ejecutivo. Porque hay que ser muy irresponsable para anunciar mejoras en la infancia si al mismo tiempo se recorta el presupuesto público.
Entonces, o se gobierna con responsabilidad y se reorientan los recursos públicos para evitar el malgasto que dice el Gobierno que no tiene, o lisa y llanamente nos llenamos de slogans y medidas efectistas y sin resultados concretos (la parafernalia de encabezar redadas policiales de más de 3 mil personas y que en la práctica no resultaron bajo proceso más de 300). Chile no tiene clima para una Jungla.
Danilo Alarcón Astete
Periodista y Director
Espacio Regional
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