La fruta es producto del Programa de Mejoramiento Genético (PMG) de la empresa Biofrutales e INIA, con un subsidio público de casi $2 mil millones. Entre otras cosas, destaca por no tener semilla y poseer la firmeza necesaria para viajar a países de Europa, Asia y a Estados Unidos.
(Información vía CP)
Corfo, junto a socios del Programa Consorcio Biofrutales, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), exportadores y viveristas, presentaron hoy una nueva variedad de uva de mesa roja -INIA G2-, mejorada genéticamente en Chile y que destaca por su buen tamaño, sabor, no tener semilla y por su larga vida post cosecha que soporta en muy buenas condiciones exportaciones con trayectos de hasta más de un mes de viaje.
Esta nueva variedad, ad portas de obtener su registro para exportación, es el resultado del Programa de Mejoramiento Genético (PMG) de Vides de la empresa Biofrutales y el INIA, al que Corfo subsidia con $1.999 millones.
“Chile es el primer exportador mundial de la uva de mesa y sus principales mercados son Estados Unidos (50%), Europa (25%) y Asia. En Corfo somos consciente de ello y por eso queremos seguir potenciando esta industria y ofreciendo productos de alta calidad producidos exclusivamente en nuestro país. Hoy trabajamos para que este tipo de iniciativas público-privadas prosperen, pues son estas las que nos permiten seguir diversificando nuestra matriz productiva y posicionar a Chile como un referente mundial”, indicó el Vicepresidente Ejecutivo de Corfo, Pablo Terrazas.
Actualmente la uva INIA GRAPE 2 se encuentra en plena época de cosecha en el Valle de Los Andes, Valparaíso, lugar donde también gracias al apoyo de Corfo, INIA y Biofrutales, se han producido a escala comercial otras dos variedades: Maylen, la cual ya se exporta a países europeos; y la futura variedad “INIA 3”. Con estos ejemplares, el 50% de las variedades de uva generadas en el país pertenecerán al mismo programa de mejoramiento genético.
“Este PMG de Vides ha procurado entregar un paquete tecnológico de base que facilite la adopción de nuevas variedades por parte de la industria, disminuyendo los tiempos y riesgos a los productores. El aporte que harán los productores cuando planten las nuevas variedades será fundamental para ir completando este paquete que acompañará y potenciará su desarrollo”, señaló el gerente de Biofrutales, Rodrigo Cruzat.
En esta línea, la directora del PMG Vides INIA-Biofrutales, Paola Barba, destacó que “este trabajo conjunto de esfuerzos tanto privados como públicos tiene ahora un desafío importante que es aprovechar las más de 24.000 plantas segregantes, que se encuentran hoy en INIA y que forman una base magnífica para la obtención de muchas variedades más de uva de mesa chilena”.
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