Recientemente hemos leído dos libros de distinta factura escrituraria: un estudio sobre cine latinoamericano y una colección de cuentos que son aportes importantes de RiL editores en su catálogo de obras. El primero de ellos pertenece a Sergio Navarro Mayorga; el segundo, a Daniela Pinto Meza, ambos publicados en 2019.
(Crónica Literaria de Eddie Morales Piña)
El texto de Sergio Navarro se titula “La idea del pueblo en la encrucijada del cine latinoamericano en los años 60-70”. Para quienes vivimos los años que se mencionan resultará interesante enfrentarse a la hipótesis que postula el autor para dar una explicación teórico-práctica sobre lo que se manifiesta en la portada. Se trata de indagar acerca de la noción de la idea de pueblo y cómo esta se plasmó en el cine que emergió con fuerzas por los sesenta y setenta del pasado siglo. La portada está conformada por un fotograma de la película “Antonio das mortes” de Glauber Rocha, que como paratexto funciona a la perfección para introducir en las páginas de este trabajo.
El estudio de Navarro –y como tal es un tipo de escritura académica con aparataje técnico, lo que no dificulta su lectura para un/a lector/a no especializado/a- parte de la afirmación de que en el contexto del Segundo Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de Viña del Mar efectuado en 1969, se dio un debate entre los cineastas que postulaban un tipo de cine fundamentalmente antiimperialista (Solana y Getino) y los disidentes encabezados por Raúl Ruiz. El asunto en discusión era dilucidar qué debía entenderse por cine político, pero que encubría algo más profundo –según lo postulado por el autor del libro-, esto es “el enfrentamiento de dos ideas de pueblo que dividían a los cineastas latinoamericanos durante los años 60 y principio de los 70”.
A partir de esta premisa, Navarro desarrolla su investigación que está divida en ocho capítulos o segmentos donde se van desplegando diversas tematizaciones acerca de cómo se entendió la idea de pueblo y de su puesta en acto mediante las imágenes cinematográficas. En las primeras páginas de este libro se problematiza dicha idea, sobre la base de los planteamientos de Frantz Fanon y los ideales liberacionistas en el continente latinoamericano en las décadas indicadas. En ese mismo contexto, por tanto, se estaba a la búsqueda de la identidad del continente, lo que se expresaba en las diversas manifestaciones artísticas, incluido el cine. En el fondo, la producción cultural y específicamente la que aborda el autor del libro, se asienta en el quehacer político (usamos la palabra en su sentido más prístino) de los creadores e intelectuales en momentos de cambios en el mundo, que para el caso de Latinoamérica se vieron truncos con el advenimiento de las dictaduras en el continente.
Como asevera el autor en las páginas finales, la investigación ha tenido como finalidad “esclarecer diversas posiciones del cine latinoamericano en torno a la idea de pueblo” acotándolo en los años sesenta y comienzos de los setenta, abriendo así un derrotero para nuevas investigaciones en torno al tema.
La obra de Daniela Pinto Meza, tal como lo dijimos, es una colección de nueve cuentos de diferente extensión cada uno de ellos. Escribir cuentos es más difícil que la escritura de una obra de largo aliento como es la novela. Esta comparación siempre sale a relucir cuando nos enfrascamos en la problematización teórica de ambas formas discursivas. Después de la lectura de los relatos de Daniela Pinto, se puede afirmar que sale airosa en la escritura solvente y creativa con que arma las historias. En otras palabras, podemos augurarle que también escribiría una magnífica novela.
Efectivamente, “Intersecciones” –el título de uno de los relatos que da nombre al libro- tematiza diversas problemáticas que afectan a las mujeres. Los cuentos las tienen a ellas como protagonistas en distintas situaciones traumáticas o límites dentro del espacio de una marginalidad creciente. El cuento “Intersecciones”, sin duda, es uno de los mejores del volumen con una historia que, al final, nos deja con un dejo de tristeza como lectores/as. La perspectiva narrativa que asumen la enunciante narrativa mayoritariamente es sobre la base de la primera persona; en consecuencia, el/la lector/a ingresa a la textualidad como si estuviera frente a relatos testimoniales.
Daniela Pinto Meza, en definitiva, se nos muestra como una escritora interesante en el ámbito de la escritura chilena reciente, especialmente femenina, dentro del contexto de las teorías de género y del feminismo. El/la lector/a se llevará una sorpresa al leer este libro.
(Sergio Navarro M.: “La idea del pueblo en la encrucijada del cine latinoamericano en los años 60-70”. Santiago: RiL editores. 2019. 156 pág. // Daniela Pinto Meza: “Intersecciones”. Santiago: RiL editores. 2019. 70 pág.).
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