La presidenta de Asipes hizo un recorrido junto a autoridades y personal de flota de Blumar, donde probó el sistema que será replicado en toda la flota industrial de la macrozona centro-sur, tal como lo exige la nueva ley que busca mitigar o disminuir el descarte, en favor de la sustentabilidad del jurel.
(Información vía CP)
Chile está por iniciar una nueva temporada de captura de jurel. Por ello, las empresas socias de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) afinan detalles para cumplir con las últimas exigencias de la legislación pesquera. Acaba de entrar en vigencia la norma que obliga el uso de, a lo menos, tres cámaras a bordo de las embarcaciones industriales para registrar la faena pesquera desde el zarpe a la recalada, para su posterior fiscalización. La Ley 20.625 de Descarte de Especies Hidrobiológicas busca mitigar o disminuir el descarte de la pesca objetivo, fauna acompañante y pesca incidental, para que las operaciones sean más sustentables y amigables con los ecosistemas.
La presidenta de ASIPES, Macarena Cepeda Godoy, junto al director Zonal de Pesca, Óscar Henríquez Arriagada, recorrió la embarcación “Don Edmundo”, perteneciente a la empresa Blumar, en la bahía de San Vicente, para mostrar cómo funcionan estos dispositivos. “Para las empresas socias de ASIPES es prioritario cumplir con la normativa que dispone la autoridad de nuestro sector, incluso, desde hace años ha sido una decisión gremial trabajar proactivamente de forma voluntaria en temas de sustentabilidad pesquera antes de que la ley lo exija. Por eso queremos mostrar a las autoridades y la comunidad que nuestra flota está en condiciones de operar según los requisitos establecidos y siempre dispuesta a cooperar con las fiscalizaciones y acciones necesarias para asegurar la máxima transparencia”, destacó la titular del gremio.
La flota industrial de la macrozona centro-sur suma 34 barcos, en los que invirtieeron 240 millones de pesos para dar cumplimiento a la nueva norma. La temporada de pesca de jurel, principal recurso sobre el cual opera la pesca industrial, comienza el 5 de enero, por lo que 26 embarcaciones se encontrarán en faena desde esa fecha. “La medida se aplica en pos de disminuir el descarte y también fomentar las buenas prácticas en la pesca, es decir, para explotar los recursos de mejor manera», señaló el director Zonal de Pesca, Óscar Henríquez.
Asipes, gremio que integran las pesqueras Landes, Foodcorp, Blumar, PacificBlu y Camanchaca, ha invertido más de US $20 millones en mejoramiento ambiental desde 2015, especialmente, en compromisos con la protección de los recursos pesqueros, acuerdos voluntarios para las mejoras de los procesos en planta y flota, la participación en mesas de trabajo en las zonas donde opera la industria e inversión social para la recuperación del patrimonio gastronómico marino en caletas pesqueras. “Dentro del nuevo ciclo de gestión que hemos desarrollado en ASIPES ha sido esencial cumplir con estándares que permitan proteger el patrimonio pesquero, aumentar el bienestar de las comunidades donde se establecen nuestras plantas y desarrollar productos de alta calidad para el consumo interno y de mercados extranjeros”, enfatizó Macarena Cepeda.
¿Qué es la Ley de Descarte?
La Ley de Descarte de Especies Hidrobiológicas exige a naves pesqueras industriales y artesanales -iguales o superiores a 15 metros- el uso de dispositivos de registro de imágenes para detectar y sondear las actividades de descarte y pesca incidental. Ésta considera recomendaciones del Código de Conducta para la Pesca Responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), así como sugerencias de distintos foros pesqueros internacionales.
La norma define el descarte como la acción de devolver al mar especies hidrobiológicas capturadas; y la pesca incidental como aquella conformada por especies que no son parte de la fauna acompañante.
En este contexto, la flota de cerco de la pesquería pelágica de la zona centro-sur debe considerar 3 cámaras: la primera tiene como objetivo observar las actividades que ocurren en el copo de la red y su entorno; la segunda, las actividades de cubierta, el muestreo de proporción de especies y la distribución de la pesca a las bodegas; mientras que, la tercera, las actividades que se realizan en la cubierta de la embarcación, para monitorear la manipulación de la pesca incidental y transbordos de pesca.
Por su parte, la flota de arrastre de fondo en la pesquería de merluza común debe considerar cinco cámaras: la primera observará las actividades que ocurren en la cubierta y su entorno; la segunda, registrará las actividades de manipulación de la red en cubierta de la nave y su entorno para observar pesca incidental; la tercera, mirará las actividades de selección y descarte; y, la cuarta cámara, dará cuenta de las actividades de descarte; mientras que la quinta observará las actividades que se realizan en las correas transportadoras, traslados de cajas con pesca objetivo y fauna acompañante con valor comercial.
Las embarcaciones que no hayan implementado la norma o que alteren la información se exponen a una multa de 20 a 300 unidades tributarias mensuales. En tanto, el capitán o patrón de nave podría ser sancionado con una multa que va desde 3 a 30 unidades tributarias mensuales, si no cumple con la normativa.
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