Sin duda que Carlos Cuneo Ferretti es como un juglar del siglo XXI, a pesar de que venía poetizando desde el anterior. Los juglares eran aquellos poetas medievales de raigambre popular que cantaban los acontecimientos que iban ocurriendo, especialmente los temas de carácter épico o heroico.
Eddie Morales Piña. Profesor Titular. Universidad de Playa Ancha.
Quepilcho es un espacio campestre que pertenece a la comuna de Casablanca. En este lugar vive desde hace algunos años un personaje singular llamado Carlos Cuneo Ferretti. Es un poeta popular que cultiva una especial forma estrófica, que exige de quien la pone en práctica habilidades expresivas y gran musicalidad en la configuración de los versos. Carlos Cuneo pertenece a la cultura popular y viva de Casablanca.
Recientemente, hemos recibido un libro de su autoría que lleva por título “Poesía de Quepilcho. Décimas y Decir más” (2017. En la contraportada, el reconocido logo de la Sociedad de Escritores de Valparaíso, SEV.). Se trata de una obra que recopila una buena parte de su producción poética realizada por Esteban Reyes Fuenzalida, quien aparece como editor. En un breve prólogo se nos dice que el texto tuvo su origen en el seminario de aquel para optar al título de Pedagogía en Música de una universidad porteña. Antes de la recopilación de los versos en décimas de Carlos Cuneo, el editor nos presenta una interesante entrevista al poeta popular –la que es transcrita diríamos literalmente, pues no se observan mayores intervenciones en el decir del autor de los versos; en otras palabras, plasma el libre fluir del habla de Cuneo.- En este sentido, la entrevista funciona como lo que es y tal como ha sido definida: es un género de al lado que permite que el sujeto al que se pregunta, desenvuelva una discursividad íntima que nos lo va revelando como persona. Se trata de un quitar el velo donde el personaje se muestra tal como es. En última instancia, la entrevista funciona como un despertar de la memoria y, en consecuencia, permite ir configurando una historia personal: una intrahistoria.
De este modo, antes de llegar a los versos de la antología, nos vamos enterando de quién es Carlos Cuneo Ferretti, nacido en el cerro Los Placeres de Valparaíso en 1942 e hijo de un italiano de nombre Rocco Carlos Cuneo Botto y de una porteña, Rosa Ferretti Navarro. De la entrevista uno puede deducir que la influencia vital del padre ha sido fundamental en la impronta del verbo del poeta de Quepilcho. Así, por ejemplo, la actitud de rebeldía y anárquica ante las injusticias sociales o la perspectiva iconoclasta y agnóstica para apreciar la existencia tienen su razón de ser en la presencia del padre. En la misma entrevista queda claramente establecida su predilección por el tipo de versificación que cultiva: la décima poética.
Sin duda que Carlos Cuneo Ferretti es como un juglar del siglo XXI, a pesar de que venía poetizando desde el anterior. Los juglares eran aquellos poetas medievales de raigambre popular que cantaban los acontecimientos que iban ocurriendo, especialmente los temas de carácter épico o heroico.
Generalmente, daban a conocer sus poemas en las plazas de los pueblos de aquellos tiempos donde pasaban a ser casi como pregoneros de las noticias. Esta misma actitud es la que podemos descubrir en los poemas en décimas del creador de Quepilcho. Escribir en décimas no es nada fácil, pues demanda de parte del creador –tal como él lo reconoce en la entrevista- una cierta estructura fija, al contrario del verso libre: “…la décima es más profunda, porque no solamente tienes que tener la inspiración, sino que también una estructura, poner una idea y un pensamiento en una estructura, y eso tiene mucho más valor que hacer una cuestión libre. La rima le da musicalidad al verso y todo eso”. Efectivamente, la décima es un tipo de estrofa de diez versos octosilábicos y rima consonante que le da esa fijeza y musicalidad a la que se refiere el poeta.
El libro que tiene como subtítulo “décimas y decir más” ordena los poemas de acuerdo a diversas temáticas que han sido poetizadas por Carlos Cuneo: Amores y lamentos, Casablanca y localidades, Valparaíso, Poesía y poetas, Anarquía y protesta, Animales y aves, Música, Saberes y saberes del campo, Varios (personajes a lo divino). En cada una de estas secciones queda en evidencia la creatividad y la versatilidad del poeta en la configuración de las décimas a partir de una situación inicial, a veces tan sencilla como lo es la vida o el cantar de las aves, o de una problemática contingente y acuciante del mundo actual. A pesar de declararse no creyente, las décimas a lo divino dedicadas a San Francisco de Melosillas –cercana a Quepilcho- nos muestran que el sustrato de la fe cristiana se mantienen en él: “San Francisco e Melosillas/ en tu segundo encuentro,/ en esta tarde sin vientos/ entre tanta gente sencilla,/ una nueva luz brilla/ que arrebata y es capaz/ de mudarnos la faz/ y en esta masiva fe/ pídele a quien todo ve/ ser instrumento de paz”.
En definitiva, estamos en presencia con esta obra de una palpable muestra del rescate de la cultura popular de Casablanca en la personalidad poética de Carlos Cuneo: “Si en décima no escribo/ pierde el verso estatura/ se diluye su estructura/ y semeja primitivo,/ paraliza mis sentidos/ se extraña la emoción/ pierde el ritmo la pasión/ y aparece el desconsuelo/ igual que ave en pleno vuelo/ veo alejar mi inspiración”.
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