Juntemos 300 niñas de establecimientos educacionales de la región.
Súmele estos talleres tecnológicos: Armado de computadores, Redes y telecomunicaciones, Taller de Scratch, Mecánica en ruta, Manejo de medioambiente, Emprendimiento joven, Instalaciones eléctricas, Automatización e instrumentalización industrial, Electricidad, Energías renovables y la mujer en el campo, y Astrofotografía.
Unámoslas en un sitio específico: INACAP Valparaíso.
¿Qué obtuvimos? INGENIOSAS, una iniciativa conjunta entre Girls in Tech Chile y ComunidadMujer, que se ha tomado esta semana no sólo en la región sino que también en otros puntos del país, que busca acercar a las niñas al mundo de la tecnología, las matemáticas, las ciencias, para que puedan desarrollar y fomentar vocaciones femeninas en estas áreas y establecer relaciones internacionales en torno a esta materia. Más de 2000 alumnas participarán de las charlas, talleres de programación, ferias de ciencia y robot.
Esta actividad a nivel país cuenta con el apoyo de CORFO y de Accenture Chile, Inacap y CCU. Y también de la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica en Chile, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, la Subsecretaría de Economía y Empresas de Menor Tamaño, la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, CONICYT, la Unión Internacional de Telecomunicaciones, UNESCO y el Museo Nacional de Historia Natural (sede del evento en Santiago).
En el auditorio de INACAP Valparaíso, la charla principal estuvo a cargo de Rosa Langhammer, irlandesa cofundadora de CoderDojo, una comunidad mundial de clubes de programación gratuita dirigida por voluntarios para jóvenes entre 7 y 17 años.
Esa experiencia (vía intérprete) fue el tema central que planteó Langnammer, recogiendo experiencias desde que partió con esta idea de hacer un club individual (llamados “Dojos”), el cómo ha sido difícil en cierta medida incorporar a las mujeres en el área de las ciencias y la tecnología. De ahí que para ella es fundamental la colaboración y el voluntariado para empezar a crear estos clubes y empezar a desarrollar la creatividad, especialmente en las niñas
Desarrollo de los talleres
Luego de esta charla, se agruparon en los distintos talleres convocados a esta actividad que, según sus organizadores, estaba contemplada inicialmente para 100 niñas. Pero el interés de participar llegó hasta las 300 personas.
En cada visita a las salas, Rosa Langhammer pudo compartir con profesores y alumnas los espacios que fueron dedicados a experimentar un área específica. Temas como la tipografía, la astrofotografía, la implementación de circuitos, entre otros, motivó a las niñas a experimentar y aprender un poco más en esta actividad,
Para la colaboradora de Girls in Tech Carolina Águila (estudiante de Magister de Biotecnología en el área de Biomedicina y que cuenta con 2 publicaciones científicas), la asistencia fue maravillosa: Siempre es hermoso que las mujeres se involucren desde ya en estas áreas, esto sirve para que puedan abrir los ojos y proponerse seguir un camino propio, no quedarse sólo con lo cerrado de un colegio. Si tenemos algo importante, hagámoslo. Y desde mi experiencia, lo que peor que me podía pasar es que no me atreva. Y así lo hice”. Ella nos indicó también que aprovechó una oportunidad de una beca. Tiene claro que no existen ni los límites ni la falta de tiempo, sólo esa barrera que uno mismo se pone para lograr lo que más se desea.
Por su parte, para Carolina Martínez, quien lleva la voz en la región de Girls in Tech, recibió de muy buena manera esta convocatoria: «Fue una recepción maravillosa, el desarrollo de los talleres y me pareció un éxito total. Que esto no solamente sea un evento y podamos trabajar todos los años».
Y para Valentina Conejeros y Mon. Toro, estudiantes de 4° Medio del Colegio Esperanza, les ayudó en su futura idea vocacional, en especial el armado de computadores, que era el módulo donde estaban aprendiendo: “Ver cómo el profesor conectaba los cables, lo que tiene un computador por dentro, en qué consistía cada parte, sin duda aprendimos mucho en este taller”, apuntaron.
El desafío está planteado. Y estas chicas lo saben.
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